El Partido Popular aprovecha la demora de unas horas en la convocatoria de un Pleno para forzar su aplazamiento, dando así otra muestra de su desfasada manera de entender la política.
El Pleno, que debería haberse celebrado el pasado jueves 30 de junio, lo hará, por obra y gracia de Miguel Ortiz y Pedro Barber, el lunes 3 de Julio. Los temas que se tratan son de sobra conocidos: la solicitud de prórroga del documento de referencia del Plan General y el desequilibrio económico de la piscina municipal. De hecho, son expedientes que se inician en el 2013 y sobre los que el PP tiene un conocimiento privilegiado. Toda la documentación ha sido accesible en plazos más que razonables.
El comportamiento del Partido Popular no tiene otro objeto que provocar alteraciones (en ocasiones ridículas e intranscendentes, como es el caso) en el funcionamiento normal de la administración, con la intención de que pueda afectar la gestión del equipo de gobierno. Quizá no se dan cuenta, o quizá no les importa lo más mínimo, pero los principales perjudicados por las disfunciones que intentan provocar son los alteanos, los contribuyentes que pagan también sus retribuciones.
Desde el equipo de gobierno se quiere hacer llegar una efusiva enhorabuena al Partido Popular alteano por haber conseguido retrasar la celebración de un pleno dos días hábiles, un logro que pasará a los anales de la historia de la estrategia política de este municipio por su suprema irrelevancia.
Secretaria debería haber comunicado la convocatoria antes de las 24 horas del lunes y lo hizo el martes a las 7 h. Es evidente que el PP hubiera aprovechado muy bien la noche del lunes al martes para preparar el plenario.
