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Para facilitar al máximo el cumplimiento de la legislación vigente, la Concejalía de Agricultura ha puesto en marcha una bolsa de cultivo. La finalidad de esta bolsa es poner en contacto a los propietarios de los terrenos abandonados con personas que deseen cultivar tierras pero no las  tengan.


La nueva ordenanza reguladora, aprobada hace unas semanas por el Pleno, hace hincapié  en la necesidad de mantener las parcelas en buen estado, protegiéndolas “de focos de agentes perjudiciales para los cultivos cercanos, entendidos estos focos como restos de  cultivos en estado de abandono, así como a la limitación de la vegetación espontánea que implique riesgo de incendios, difusión de semillas de malas hierbas o invasión de servidumbres de paso.”


Esta medida tiene una doble finalidad, por un lado evitar el deterioro de los terrenos, con las consecuencias que se derivan del abandono (contagio de plagas a los terrenos lindantes o ser foco de basura o ratas…) Y  por  otro lado, dar una oportunidad a las personas que quieren cultivar tierras y no son propietarios.


“Para formar parte de la bolsa de cultivo tanto los cedentes como los demandantes de terrenos tan solo tendrán que solicitarlo mediante instancia al Ayuntamiento dirigida a la Concejalía de Agricultura que dará cuenta de ello en las reuniones periódicas del Consejo Local Agrario”.
 
La concejala de agricultura, Carolina Punset, se muestra muy  satisfecha con la publicación de esta ordenanza, ya que  “la especulación urbanística y los bajos precios de las producciones agrarias han producido un rápido abandono de tierras en el último decenio. Esta nueva legislación busca mantener nuestro paisaje, cosa imprescindible para un pueblo eminentemente turístico como Altea”.

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