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La modalidad de ciclismo tiene, en comparación a otras especialidades deportivas, pocos adeptos, pero muy concienciados, de hecho de los 15 alumnos que con sus bicicletas propias acuden todos los martes y jueves al parking del Mercadillo, la mayoría, una vez terminado el verano, seguirán su recientemente adquirida afición al deporte de la bicicleta a través de la Escuela Municipal de Ciclismo.
Antonio Bernabeu, más conocido como “Tomi”, es de esas personas volcadas con una afición y que saben transmitirla a otros. Su pasión por la bicicleta le hace estar horas, días y meses durante todo el año, al lado de los jóvenes para hacer cantera, para que siga vivo el Club Ciclista Altea. Tomi es el monitor de ciclismo en los Cursets d´Estiu, se queja de que de los 15 alumnos que tiene no todos acuden el mismo día, ya que se han apuntado a la vez a otros deportes, así que cargado de paciencia e ilusión atiende a los alumnos que acuden a sus clases. Los alumnos son de diferentes edades, de 6 a 14 años, y entre los 15 hay dos niñas. El objetivo –dice Tomi, es que aprendan a manejar la bicicleta, que forme parte de su cuerpo, de ahí que los ejercicios están basados en pruebas de habilidad a través de dos gymkanas, para que se manejen con destreza en las curvas cerradas y usen con precisión los frenos de la bici. Después de los ejercicios de habilidad, y para darle un poco de morbo los chicos compiten entre ellos dando vueltas al circuito instalado en el parking del Mercadillo. Son pocos, según se mire, pero el ambiente es de una gran camaradería, “lo bonito es que aquí disfrutan con la bicicleta y hacen amistad entre ellos”, una amistad que seguirá después de los meses de verano cuando vuelvan al mismo circuito, pero está vez formando parte de la Escuela Municipal de Ciclismo.

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