El objetivo es informar y concienciar a la ciudadanía de los beneficios de consumir productos con residuo cero
El próximo lunes día 22 de marzo a las 20 horas en el Centro Social tendrá lugar una mesa redonda pública sobre el control biológico de plagas. La charla ha sido organizada por la concejalía de Agricultura que dirige la edil, Carolina Punset, y donde se pretende informar y concienciar a la ciudadanía sobre los beneficios que tiene consumir productos con residuo cero.
En este sentido, la edil ha explicado que además de las conferencias específicas para agricultores que ya se han realizado en el municipio “nos parecía importante explicar a la gente del pueblo este proyecto que es pionero en la Comunidad Valenciana y donde se han implicado a casi 200 agricultores del municipio para conseguir eliminar plaguicidas en un espacio de casi 65 hectáreas”. “Nuestra intención es que los ciudadanos exijan los productos ecológicos y conozcan los beneficios que tienen tanto para el medio ambiente, como para su salud y para la agricultura en general ya que se eliminan plaguicidas y herbicidas”, ha subrayado Punset.
Para la concejala, uno de los objetivos prioritarios es “conseguir un producto más rentable para el agricultor con lo que se conseguirá dignificar la profesión agrícola para que puedan ganarse dignamente la vida”. Al respecto, Punset ha afirmado que el gasto en productos fitosanitarios es de 600 euros por hectárea al año pero con este proyecto “se ahorrarían esos costes y se conseguiría un producto más valorado en el mercado sobretodo si lo certifican y lo convierten a la agricultura ecológica”. La intención de la concejala es conseguir “la conversión de todo el término municipal a la agricultura ecológica lo que permitiría diferenciar nuestros productos de los de otros países que producen lo mismo pero más barato ya que no tienen los mismos costes de producción que los nuestros”, ha insistido la concejala.
El control biológico de plagas es un proyecto que promueven tanto la concejalía como la Cooperativa Agrícola de Altea y que cuenta con la financiación de la Fundación Biodiversidad.
