Desde el 12 de enero y hasta el 4 de febrero, el espacio expositivo de Palau Altea albergará la colección “Homenajes” del pintor alcoyano Lloréns Ferri. Una muestra compuesta por 50 obras, en su mayoría óleos con mucho color, que inaugura el período de exposiciones en el Centre d’Arts 2006.
“Yo no sé si estos homenajes, con una referencia explícita, un fragmento de un cuadro, una imagen concreta, son el tema o la mera excusa para que Rafael se dé con virtuosismo al mundo del bodegón, de las flores y los floreros. Y es aquí cuando es más colorista que nunca: adelfas, violetas, buganvillas, cardenchas, flores blancas y asalmonadas y por otro lado higos y brevas, manzanas, peras, granadas, junto al limón y la naranja. Es decir, color, color y más color… En definitiva bodegones que también huelen a flor y a fruto, a pintura reciente, a las playas del Cabañal pintadas por Sorolla, a los girasoles y los lirios azules de Van Gogh, a la sopa boba que intenta comer la desdentada vieja de Goya o a la acolchada y acortinada habitación en que Velásquez sitúa a la infanta de España”; comenta Adrián Espí Valdés sobre la Obra de Rafael Lloréns Ferri.
Rafael Llorens Ferri nace en Alcoi en 1937. De 1960 a 1965 cursa la carrera de Bellas Artes en Valencia y Barcelona. Ha sido profesor de pintura en la Escuela Municipal de Bellas Artes de Alcoi y de dibujo en distintos institutos de bachillerato de la Provincia de Alicante. Hay obras suyas en el Ayuntamiento de Alcoi, Museo de Arte Contemporáneo de la Diputación Provincial de Alicante, Museo de Santillana del Mar en Santander, Fundación Elisa Tomás Yusti en Alicante y Fundación Lecasse en Alcoi. Ha recibido numerosos premios a lo largo de su trayectoria artística y ha realizado más de setenta exposiciones tanto individuales como colectivas.
Según el propio artista, “Aunque digamos que a los pintores pintamos por gusto, nos gusta mostrar nuestra pintura y si alguien nos dice que le gusta, mucho mejor. Somos algo vanidosos los pintores… Espero que guste la exposición y que no sea la última que se realice en Altea”.
No es la primera vez que Llorens Ferri expone sus obras en Altea; ya por los años 60 lo hizo en una galería privada y como él relata se reunían en la Villa Blanca numerosos artistas que hacían de un pequeño y bello pueblo a orillas del Mediterráneo un lugar de encuentro. “A veces desde el Ayuntamiento se nos llamaba para pintar murales y pasábamos unos ratos buenísimos”, explica Lloréns Ferri.
