Desde el mes de abril se están llevando a cabo las obras de mejora de las calles Garganes y Raspall, y el propio edil de Infraestructuras, Roque Ferrer, observó que en el proyecto de la Diputación no estaban contemplados ciertos aspectos que favorecen la movilidad de los peatones. El concejal ha explicado estos aspectos como son la adecuación de los vados a la normativa vigente contemplada en la orden VIV / 561/2010, que es un documento técnico que recoge el Real Decreto 505/2007, donde se desarrollan las condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados.
Fundamentalmente las mejoras propuestas que se están llevando a cabo consisten en instalar, por un lado, un tipo de pavimento específico con una configuración de disposición determinada, recogido en la norma, que hace viable el tránsito a los invidentes. Y, por otra parte, allí donde era posible mantener el nivel de la acera por donde transcurre el itinerario de los peatones y ejecutar las rampas de acceso a los pasos de cebra ocupando la calzada sin sobrepasar la zona de aparcamiento, así se acorta la longitud de los pasos de cebra lo que incrementa la seguridad de los peatones.