La Junta de Gobierno Local, en sesión extraordinaria, ha aprobado la necesidad de acometer obras de emergencia en la red de suministro de agua del Polígono La Mallà, debido al precario estado de las infraestructuras y el posible riesgo de desabastecimiento. “Actuaciones urgentes que se realizarán de manera inmediata para garantizar la continuidad del servicio y mejorar el rendimiento de la red”; según informa la edil de Infraestructuras y Ciclo Hídrico, Aurora Serrat.
La excepcional situación climatológica, con ausencia de precipitaciones de consideración desde mayo de 2023, está repercutiendo gravemente en la recuperación del único acuífero que abastece la zona, estando el actual nivel dinámico del Pozo Bunnik en su mínimo histórico.
Por tanto, “nos encontramos en un escenario en que la capacidad de extracción del Pozo Bunnik no será suficiente para atender la demanda de suministro, lo que produciría el desabastecimiento de la población de los ámbitos de la Malla, Mascarat, Urlisa III, Sierra Altea II y Sector Alhama Candela. Con el fin de no llegar a esta situación, se precisa declarar la emergencia de la ejecución de la relación de trabajos indicada por los técnicos y que asciende a un valor estimado de tres millones setecientos cuarenta y un mil ochocientos trece euros y ochenta y dos céntimos, 3.741.813’82 €. La ejecución de todas estas actuaciones se debe iniciar de manera inmediata y realizar simultáneamente, siempre y cuando quede garantizado el suministro de la población y no exista impedimento técnico”. Explica la edil.
Como apunta Aurora Serrat, “las conducciones de la Sierra, en general, son en gran medida problemáticas, con instalaciones defectuosas, materiales de mala calidad, rellenos de zanja inexistentes que originan roturas, graves incrustaciones por cal, etc”.
Serrat ha querido destacar que “la situación actual viene derivada de la mala ejecución de las obras de urbanización por parte de Edificaciones Calpe S.A., junto con una deficiente y grave gestión del servicio público de abastecimiento de agua a la Urbanización la Mallà , por parte de APOBERSA, empresa concesionaria elegida por el urbanizador, así como un defectuoso mantenimiento de las redes generales y nulas inversiones, que contribuyó a que el rendimiento de la red fuera extremadamente bajo por las continuas fugas y provocara pérdidas considerables de agua potable, sobreexplotación de los acuíferos con periodos de aumento de la salinidad y conductividad”.
A lo largo de este proceso, el Ayuntamiento se ha visto obligado a asumir la gestión directa de las infraestructuras, tras la extinción de los contratos con APOBERSA, empresa que había sido subcontratada por el promotor inicial. Sin embargo, la prestación del servicio ha estado marcada por numerosos obstáculos, incluidos recursos judiciales por parte de APOBERSA y su negativa a entregar infraestructuras clave como los depósitos de agua y negativa a proporcionar la información necesaria y fundamental para realizar los estudios -planos de redes, listado de padrones-, entre otros, lo que obligó al consistorio a solicitar el auxilio judicial.
A pesar de las actuaciones de choque que se han llevado a cabo por el Ayuntamiento y la concesionaria municipal durante estos últimos años, invirtiendo más de medio millón de euros, estas no han sido suficientes y los problemas de la red no se han resuelto; por lo que el estado de deterioro de las infraestructuras y el descenso del caudal del único pozo de captación han hecho necesaria la declaración de emergencia para acometer obras urgentes.
“El Ayuntamiento reitera su compromiso de garantizar la prestación de los servicios públicos esenciales y pide comprensión a los vecinos por las molestias que estas actuaciones puedan generar. Las obras de emergencia son necesarias para asegurar el suministro de agua potable en condiciones óptimas y evitar futuras interrupciones”. Concluye Aurora Serrat, responsable municipal de Ciclo Hídrico.