Javier Gómez Morata presenta su obra sobre la evolución y desarrollo de una villa mediterránea.
En la tarde de ayer, la Casa de Cultura de Altea acogía la presentación del libro “La rehabilitación del casco antiguo de Altea”, evolución y desarrollo de una villa mediterránea. Una obra del arquitecto Javier Gómez Morata, que ha contado también con la participación de la arquitecta municipal Ana Beltri. El acto estuvo presidido por la edil de Cultura, Pepa Victoria Pérez e intervino también el anterior alcalde Jaume Llinares.
Decenas de personas se interesaron por conocer los pormenores de esta obra confeccionada por Gómez Morata y editada por el Ayuntamiento de Altea, que ha contado con la colaboración de la arquitecta municipal; quien en palabras de Jaume Llinares, “es una de las personas que mejor conoce el urbanismo de Altea”.
El acto daba inicio con la bienvenida y presentación de los intervinientes a cargo de la responsable municipal de Cultura, Pepa Victoria Pérez, quien explicaba que “este libro es un proyecto de la anterior concejal de Cultura, que no se ha podido presentar antes de cerrar la pasada legislatura y que ahora sale a la luz”.
El libro recoge estudios que se llevaron a cabo en los años 80 y 90 y que sirvieron de base para marcar los objetivos que constituyeron las bases del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Antiguo, PERY; que son las normas de protección para mantener el Casco Antiguo de Altea.
El libro pone en conocimiento de toda la población documentos técnicos y estudios amplios de manera sencilla. “Es necesario dejar constancia en la memoria escrita de la evolución y el desarrollo de una de las principales zonas del municipio, como es el Casco Antiguo ya que con ello aseguramos el conocimiento a nuestros herederos”; afirmaba Beltri. Objetivos con los que nacía este libro y cuya propuesta de redacción era aceptada por el anterior Equipo de Gobierno. Como así lo explicaba en la tarde de ayer Ana Beltri.
“Todos conocemos el reclamo turístico que tiene el Casco Antiguo, pero además creo no equivocarme cuando pienso que todos los alteanos y alteanas reconocen el gran valor de esta parte de su pueblo. Lo asumen como propio y se sienten orgullosos de disponer de este conjunto envidiado por muchos. Los recorridos, sus recodos, las fachadas, la vida de sus calles, los edificios principales, la iglesia y su plaza, el mirador, la muralla y las casas sencillas que forman un conjunto único que es vivido por todos y que está muy lejos de poder ser considerado como una postal típica o un decorado. El que ahora podamos disfrutar de este espacio se lo debemos al esfuerzo realizado en los años 80 y 90 con la redacción de estos instrumentos y el seguimiento llevado hasta nuestros días. Una labor realizada por profesionales, políticos y la colaboración de los propietarios que reconocieron la necesidad de respetar las normas estrictas que se impusieron”, comentaba Beltri, en el transcurso de la presentación.
Por su parte, Javier Gómez Morata, detallaba el contenido de la obra y explicaba que cuando se planteó el libro resultaba algo extenso y finalmente se aligeraba para que pudiese ver la luz. Morata hace un recorrido por el libro y muestra algunos de los pormenores del PERI, como las fichas de las casas. Morata fue uno de los redactores del mismo y narraba como se desarrolló este y los estudios previos como por ejemplo encuestas a la población para determinar aspectos sociológicos que condicionarían la reforma.
Gómez Morata ponía sobre la mesa algunas de las consideraciones que se tuvieron en cuenta como la visibilidad de la Cúpula, el color blanco de las fachadas, la conservación y rehabilitación de edificios significativos, entre otros aspectos. “Se sentaron las bases en un momento en el que era difícil saber qué hacer para conservar y para rehabilitar sin expulsar a la población. Es importante que el valor que tiene el Casco Antiguo sea para que los alteanos lo vivan y que no sea un pueblo muestrario, que tenga vida y creo que con la recuperación de valores se ayuda a que el Casco Antiguo de Altea no pierda su encanto”, concluía Javier Gómez Morata.