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Una placa conmemorativa en Villa Gadea recordará a alteanos y visitantes que fue lugar de acogida de  centenares de niños y niñas que huían de la guerra.

Desde el pasado viernes por la tarde la Casa de Villa Gadea difunde uno de sus usos que a lo largo de la historia le ha tocado vivir y que la mayoría de vecinos desconocen. Enmarcado en el programa de actividades de las II Jornadas de Memoria Democrática, organizadas por la concejalía de Participación Ciudadana, el Alcalde, Jaume Llinares y la edil de área, Maria A. Laviós, descubrían una placa homenaje a la solidaridad del pueblo de Altea, que durante la Guerra Civil acogió a centenares de niños y niñas que huían del conflicto, el hambre, la muerte y la angustia de tener que separarse de sus seres queridos.

“Desde el Ayuntamiento de Altea estamos muy concienciados en preparar actos enfocados a rememorar, a conservar la memoria para preservar nuestra identidad ya que es la forma de recordar de dónde venimos, quienes somos y cómo hemos evolucionado. De echar un ojo al pasado para no volver a cometer los mismos errores”. Con estas palabras, Laviós inauguraba estas II Jornadas de Memoria Democrática, tituladas, “La memoria de los débiles, una historia poco contada”.

A continuación, la edil y el Alcalde, procedían a descubrir una placa ubicada en la puerta de la Casa Gadea, homenaje a la solidaridad de Altea durante la Guerra Civil, que acogió a centenares de niños y niñas para evitarles los horrores de la batalla. “Hoy recordamos aquellos infantes que fueron acogidos y protegidos en nuestro municipio y como dice la placa conmemorativa, educamos para convertir el mundo en un lugar en el que no vuelvan a existir infancias perdidas”. Declaraba Maria A. Laviós, quien agradecía al Aula Didáctica Carmelina Sánchez-Cutillas la colaboración en el desarrollo de las jornadas.

A continuación, los presentes pudieron disfrutar de la exposición “Lápiz, papel y bombas 1936-1939” en la que los niños y niñas de la guerra muestran sus sentimientos a través de sus propios dibujos realizados en las colonias que les albergaban.

Tras la visita a la exposición, Carlos Salinas ofrecía una charla sobre las colonias colectivas en la provincia de Alicante. Desde 1936 hasta 1938 la administración municipal y los vecinos de Altea acogieron y atendieron los menores separados de sus familias por culpa de la guerra. Se habilitaron instalaciones en el antiguo ayuntamiento y convento, en Villa Gadea y en la finca Montemolar. También muchas familias alteanas acogieron a los niños y niñas en sus casas y ayudaron al mantenimiento de las colonias.

Desde Participación Ciudadana se recuerda que el próximo jueves 16 de marzo a las 19:00h en la Casa de Cultura tendrá lugar la presentación del libro “Caminos de resistencia” de Francisco Martínez López.

 

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