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En la mañana de ayer, 3 de junio, Ayuntamiento de Altea, familia y amigos de E. Schlotter, se reunían en los jardines de Villa Gadea para rendirle homenaje el día que cumpliría 100 años. Un sencillo, pero emotivo, acto recordaba al pintor alemán, afincado en Altea recordando su vida, obra y todas las palabras bonitas que dedicó al que consideraba su pueblo.

Organizado por la concejalía de Cultura, regida por Aurora Serrat, los parlamentos tenían lugar junto al busto del artista, creado por su propio padre y que da nombre a los Jardines de Villa Gadea E. Schlotter. La edil conducía el acto y era la primera en dedicar unas hermosas palabras al artista, recordando su infancia, juventud y madurez. “En el verano de 1954, de viaje a Andalucía, conocía Altea; una villa mediterránea de la que él decía, -Altea era el lugar que me regaló lo que los velos impenetrables de mi patria ocultaban, luz y forma. Qué regalo! Me enamoré de Altea y erigí mi nido en el antiguo muro de la ciudad, en medio de tanta humanidad-”; recordaba Serrat, quien apuntaba que “en los más de 50 años de trabajo que el profesor Schlotter llevó a cabo en Altea, nació la mayor parte de su obra”.

Aurora Serrat cerraba su intervención anunciando la exposición que el próximo día 8 de junio se inaugurará en la sede de la Fundación organizada con motivo de esta efeméride y de la que podrán disfrutar los amantes de la pintura hasta marzo del próximo año.

Tras el parlamento de la concejala seguía la intervención de una emocionada hija y presidenta de honor de la Fundación E. Schlotter con sede en Altea. Sibylle Schorlemmer Schlotter, agradecía  al Ayuntamiento el homenaje y también la presencia de los amigos del artista.

En palabras de Sibylle, “estamos aquí delante del busto que trabajó mi abuelo, Heinrich Schlotter,  de su hijo en 1964. Deseo recordar también a mi madre, Dorotea, la gran mujer que acompañó a mi padre durante 50 años, quienes en 1956 compraron una humilde casa en Cap Negret y dos años más tarde vinieron mis abuelos y mi abuelo, también como artista escultor dibujó en estos jardines muchas obras. Mi padre en 1980 trajo a sus alumnos de la universidad de Maguncia y pintaron aquí bajo los árboles de estos jardines, lo que demuestra que estos jardines siempre fueron especiales para mi padre”.

Y el acto concluía con la lectura, por parte de Manuel Bonastre, de un texto de la historiadora Pilar Escanero y la música en directo del guitarrista Thierry Fouet.

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