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La Oficina de Proyectos Europeos del Ayuntamiento de Altea quiere poner en valor el voluntariado europeo y potenciarlo a través del proyecto URBACT, Ciudad Voluntaria, del que Altea forma parte. Así lo ha explicado la edil de Proyectos Europeos, Maria Antonia Laviós.

Como ha indicado la responsable municipal de Proyectos Europeos, el Servicio de Voluntariado Europeo es un programa para la juventud, de la Comisión Europea, que permite a jóvenes de entre 18 y 30 años de edad ejercer como voluntarios en una asociación, en uno de los 27 países de la Unión Europea que participan en el proyecto.

Maria Antonia Laviós ha recordado que De Amicitia es una de las asociaciones que participa activamente en el Voluntariado Europeo, ya que son miembros del Alliance of European Voluntary Service Organisations, tanto recibiendo voluntarios como enviándolos a otros países  de la Unión Europea. “A través de De Amicitia hemos tenido voluntarios que han colaborado con el departamento de Turismo y con el de Medio Ambiente”; ha añadido la edil.

Además, la edil ha apuntado que el EVS subvenciona el 100% de los gastos del viaje, el alojamiento, la manutención, el seguro y una paga mensual simbólica para el voluntario.

La edil de Proyectos Europeos ha hablado de los beneficios que pueden encontrar los jóvenes alteanos que decidan participar en el Voluntariado Europeo, como puede ser la oportunidad de viajar y conocer otros países europeos; mejorar el nivel de inglés y aprender otra lengua; ayudar a otras asociaciones vinculadas a la defensa del medio ambiente, la concienciación social y al entendimiento entre culturas y hacer amigos de muchas partes del mundo.

Finalmente, Maria Antonia Laviós ha animado a los jóvenes alteanos que tengan inquietud por participar en un voluntariado, a que pasen por la Oficina de Proyectos Europeos, ubicada en la casa de Cultura para recibir más información.

Evaristo Vals es uno de los jóvenes que ha realizado el voluntariado europeo y ha hablado de su experiencia en los siguientes términos; “inicialmente estuve dos meses en Letonia, reconstruyendo una casa de voluntarios. Me gustó tanto la experiencia que me apliqué y me aceptaron otros 10 meses de voluntariado en Letonia como asistente en un colegio. Fue una experiencia muy enriquecedora que me abrió muchos horizontes”. “El hecho de haber salido del país me ha aumentado el nivel de conocimiento cultural; he tenido la oportunidad de aprender algo de Letón y acabas conociendo a mucha gente”.

“La suerte de esta experiencia es que muchas veces, aunque viajes con un proyecto en mente, en ese mismo ambiente surgen alrededor muchas cosas que hacer. A veces cuando acabamos en el instituto tenemos la noción de que tenemos que ir a la universidad, nos metemos en una carrera que no nos gusta, nos metemos en otra y así hasta que encontramos qué nos gusta realmente. Este año me ha servido mucho porque te da libertad para ver qué te gusta hacer y si puedes hacerlo”; ha relatado Evaristo Vals.

También Elena  Antón  ha realizado el Voluntariado Europeo. En su caso en Polonia, también a través de De Amicitia, en una residencia de personas mayores y discapacitadas, en el área de terapias con manualidades y actividades de memoria. “Ha sido un año muy enriquecedor que recomiendo a todo el mundo. Una experiencia de vida en la que he descubierto lo que quiero hacer en un futuro”; ha sentenciado Antón.

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