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El Partido Popular presenta una alegación al presupuesto para que se recoja en el mismo un incremento en los ingresos por la recaudación del servicio de recogida de residuos.

La alegación se basa en una observación del interventor en su informe al presupuesto y ha sido aceptada por el equipo de gobierno “por pura coherencia”, según manifestaba el concejal de Hacienda, Pere Lloret.  “Mi intervención en el pleno de presupuestos fue meridiana: si consideramos al servicio de recogida y limpieza como un asunto vital, si estamos de acuerdo en destinar más recursos para mejorarlo, habrá que asumir el coste de esa mejora. Nos hubiera gustado abordar este tema con más serenidad, con un análisis más completo acerca del alcance que queremos que tenga la mejora del servicio, pero la enmienda del PP precipita las cosas y nos exige aplicar ya el incremento de la recaudación.  De no considerarse esta alegación, les dejaríamos abierta la puerta a una impugnación del presupuesto”.

En opinión del concejal de Hacienda “al  PP le debió sorprender nuestra coherencia, porque su portavoz, en una intervención que pasará a los anales del surrealismo en los plenos, se dedicó a reiterar una y otra vez que hubiéramos podido no aceptar su alegación. La pregunta es obvia: ¿con qué intención se presentan alegaciones? ¿Con la idea de que sean rechazadas? Pero esto no ha acabado. Próximamente veremos si son capaces de asumir las consecuencias de sus propias decisiones. Seguro que no nos decepcionarán y encontrarán el modo de meternos a todos en el agua sin mojarse ellos”.

Lloret, en su intervención en el pleno, denunciaba una práctica que califica de “desleal y lesiva para los intereses de los ciudadanos, por muy legal que sea.  Los grupos políticos no tienen la consideración de interesados para presentar alegaciones, porque ya tienen a su disposición los mecanismos administrativos necesarios para ejercer su función de control y fiscalización. A pesar de ello, el Partido Popular no renuncia, año tras año, a utilizar una persona física para que las presente en su nombre (las defienden como propias en el pleno), con el único objeto de entorpecer el funcionamiento administrativo y retrasar al máximo la entrada en vigor del presupuesto. Así perjudican, no solo a las personas que mantienen relaciones económicas o comerciales con el Ayuntamiento, sino también el interés general.  No es casualidad que el PP presente siempre las alegaciones el último día, a última hora. Es lamentable, pero es lo que hay, qué le vamos a hacer”.

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