El escándalo de corrupción en la construcción de centros educativos por parte de la empresa pública Ciegsa, creada por la Generalitat Valenciana con el objetivo de construir nuevos centros, o de ampliar o adecuar los existentes, también ha salpicado a Altea con la construcción del nuevo IES Bellaguarda.
En este sentido, Jaume Llinares, alcalde de Altea, ha informado que »las cifras del saqueo en la Educación en Altea suponen casi un millón de euros en sobrecostes en la construcción del IES Bellaguarda, un caso absolutamente vergonzoso que demuestra la nefasta gestión del dinero público, así como la trama de corrupción que el PP estableció durante los años que ha estado al frente de la Generalitat».
El importe licitado para la construcción de este IES era de 6.300.499,47 euros y el importe adjudicado fue de 7.389.322,23. El coste final de las obras fue de 8.147.159,18 euros, lo que supuso un sobrecoste de 757.836,93 euros o, desgraciadamente, el famoso 10% de los sobrecostes en el caso CIEGSA.
Jaume Llinares mostraba su preocupación por el hecho de que el nombre de Altea también esté relacionado con la corrupción, concretamente con esta trama corrupta que durante años se estableció en la Generalitat en la construcción de escuelas y que el actual conseller de Educación, Vicent Marzà, ha sacado a la luz y ha denunciado, además de poner en marcha una auditoría para conocer las dimensiones de la misma durante los años 2001 a 2014.
Por su parte, la concejala de Educación, Vicenta Pérez, recuerda que ya en su día cuando finalizaron las obras, la entonces concejala de Educación, Pepa Perles y el alcalde Andrés Ripoll, calificaron de «situación extraña» la relación entre CIEGSA y Conselleria dado que no se entendía cómo, sin haber recepcionado la obra, se estaban impartiendo clases. «Duele ver estos «peajes» que todos los valencianos hemos pagado durante tantos años y que tantos servicios y mejoras nos han quitado; es una lástima pensar cuántas cosas podrían estar ahora mejor si los que presuntamente han malversado el dinero público, hubieran pensado más en los ciudadanos y no sólo en su beneficio».
