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La desembocadura del Algar es una zona húmeda costera que como muchas otras zonas húmedas menores, sirve de descanso y refugio a infinidad de especies de aves migratorias que lo hacen entre las grandes zonas lacustres de España, Europa y África. Además, mantiene la fauna local ya que estas zonas son el comedero de rapaces de las zonas ZEPA de las montañas de la Marina Baixa.
Esta zona es la número 23 del catálogo de zonas húmedas de la comunidad valenciana, que se redactó en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 15 de la Ley 11/1994 de 27 de diciembre, de Espacios Naturales Protegidos de la Comunidad, y que se incluyeron mediante resolución de 9 de marzo de 2011, de la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal, en el Inventario Español de Zonas.
La importancia de la desembocadura del Algar como zona natural llena de vida salvaje va más allá del extenso listado de especies presentes, ya que significa la lucha de la naturaleza por su propia preservación en un ambiente con una fuerte presión antrópica.
Junto con especies de alto valor ecológico como los ejemplares salvajes de focha cornuda o moruna (Fulica cristata), especie con el máximo estatus de protección entre las aves de España, se encuentran especies exóticas que colonizan este medio.
Unas llegan de forma ocasional en migraciones no usuales como el “tejedor amarillo” (Euplectes  afer) detectado y anillado en el Algar por miembros de la SEO-Alicante el paso día 23 de agosto.
Esta especie potencialmente invasora, podría desplazar a otras especies de aves mosquiteras autóctonas y está descrita en el catálogo español de especies exóticas invasoras, Real Decreto 1628/2011, de 14 de noviembre, por el que se regula el listado y catálogo español de especies exóticas invasoras.
Tal y como comienza el R.D 1628/2011; “Las especies exóticas invasoras constituyen una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, circunstancia que se agrava en hábitats y ecosistemas especialmente vulnerables como son las islas y las aguas continentales. La introducción de estas especies invasoras puede ocasionar graves perjuicios a la economía, especialmente a la producción agrícola, ganadera y forestal, e incluso a la salud pública”. Este preámbulo nos da una idea del peligro que supone para pérdida de biodiversidad.
Aunque por causas naturales y ayudadas por el cambio climático pueden aparecer especies invasoras en un hábitat vulnerable, es la acción humana la que más problemas está causando, mediante la introducción indiscriminada y de especies.No sólo especies de aves amenazan la desembocadura del Algar, también mamíferos muy peligrosos como el coipú, roedor de más de ocho kilos de peso y casi un metro de longitud, de gran fertilidad y capacidad colonizadora, que fue retirado del Algar por los agentes medio ambientales de la Consellería poco antes del verano.
Otras especie muy común y muy agresiva por su capacidad de depredación es el galápago de California. Criado como mascota en pecera, cuando crece es arrojado a cualquier cauce o marjal, donde causa estragos entre las puestas y pollos de aves de cañar, o las crías de la tortuga de agua ibérica (Mauremys leprosa) especie protegida del Catalogo Valenciano y por la Directiva Habitats que sobrevive en la desembocadura del Algar.
Aunque la cantidad de especies exóticas invasoras de animales es importante, lo es mucho más la de plantas acuáticas o de cauces. El listado es extenso pero preocupa con diferencia la proliferación de Hydrocotyle ranunculoides. 
Se trata de una especie de origen americano, introducida en Europa como planta ornamental y que se comporta como invasora causando graves impactos medioambientales. Introducida en los años 80 en el Reino Unido y en los 90 en Holanda y Bélgica. Posteriormente se ha localizado en Francia, Italia, Irlanda y Alemania.
Planta acuática perenne estolonífera, tallos postrados, radicantes en los nudos. Hojas flotantes de hasta 18 cm reniformes con bordes dentados. Forma densas matas flotantes de rápido crecimiento en canales, lagunas, embalses y ríos.
Se detectó por primera vez en la Comunitat Valenciana en mayo de 2011 en la desembocadura del río Algar en Alicante. Inmediatamente se inició un rastreo del río aguas arriba y se determinó la superficie afectada por la planta. Una vez valorado el alcance de la invasión se iniciaron los trabajos de erradicación en julio de 2011, utilizado métodos mecánicos y manuales, mediante brigadas pertrechadas con vadeadores, rastrillos, etc. y un camión-grua con un brazo de 7 m y un cazo adaptado para recoger la planta. Estos trabajos continuaron en la primavera de 2012 pero al inicio del verano la superficie afectada aumentó preocupantemente.
Tras la desaparición de las brigadas Pamer, que realizaban trabajos de mantenimiento en el río Algar, y la necesidad urgente de realizar una acción de control de esta especie invasora, la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Altea, ha programado varios campos de trabajo para voluntarios ambientales internacionales. 
El pasado 31 de agosto concluyó el primero de estos campos con un balance muy positivo y el 14 de septiembre viernes, comienza el segundo campo que se extenderá hasta el próximo día 28.
Estos campos internacionales de trabajo para voluntarios ambientales se han ofrecido por primera vez en Altea y han supuesto una muestra de solidaridad y entrega a una causa que mejora nuestro entorno. Los integrantes del primer campo han procedido de diversos países y con edades comprendidas entre los 18 y 26 años:
Francia Florent Pascal 18Francia Timoth Fournier 18Alemania David Faxel 21Lituania Inga Kubiliute 21Turquía Sezen Turkkanlar 18Serbia Dragojlovic Katja 24Alemania Michael Niemaeyer 20España Arturo Martinez 26Japón Sho Takeshita 20Italia Francesca Piacetini 26
El horario de trabajo de los voluntarios es de 8:00 a 14:00 horas, de lunes a viernes y a cambio el Ayuntamiento de Altea les ha proporcionado alojamiento y manutención, corriendo por cuenta del voluntario el viajes desde su país de origen (Turquía, Japón, etc). Como vínculo con la ciudadanía, los campos de voluntarios cuentan con la participación de la sección de voluntarios ambientales de Cruz Roja de Altea, que enriquece este intercambio de trabajos entre personas muy sensibilizadas con el medio ambiente.
 

 

Los trabajos han conseguido abrir una lámina de más de 1500m2 y esperamos con este segundo campo llegar a controlar esta especie invasora tan peligrosa para la desembocadura del Algar.
Miguel Ángel Capilla EsquitinoConcejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Altea. Grupo CIPAL

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