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El proyecto de control biológico de plagas en el campo alteano ha dado hoy un paso más con la primera suelta de insectos en una finca de la partida Els Racons. Hasta allí se ha desplazado la responsable municipal de Agricultura, e impulsora del proyecto, Carolina Punset, quien junto a Rafael Laborda, profesor de Protección de Cultivos del departamento de Ecosistemas Agroforestales de la Universidad Politécnica de Valencia, han soltado los primeros Rhyzobius Lophanthae para combatir la plaga del piojo rojo. En el transcurso del día, serán depositados en los árboles unos 2.500 insectos, a razón de 5 por árbol.


Como ha explicado Laborda, “éste es un trabajo que estamos haciendo junto al Ayuntamiento y la Cooperativa Agrícola para limitar el uso de plaguicidas en el municipio. De momento la zona experimental comprende 60 Hectáreas y de momento la única alternativa a los plaguicidas es el control biológico y la lucha biológica que consiste en liberar un tipo de insectos que tienen una alimentación muy concreta que en este caso es de cochinillas”.


Para el profesor de la Politécnica “el problema más grave que tienen los cítricos valencianos es el piojo rojo de California. Una plaga que lleva ya unos 20 años instalada en España y que en otros países se lucha contra ella a través de una lucha biológica eficaz y lo que vamos a hacer es a instaurar este sistema, ya que se tiene garantías de que es efectiva”.


Según los datos aportados por Rafael Laborda, los insectos que se van a soltar han sido criados en el insectario de Sanidad Vegetal de la Consellería de Agricultura, ubicado en Almazora. “Se cría en condiciones de cautividad y desde allí, se envió a la Politécnica por un sistema de mensajería, donde se ha conservado a 15ºC hasta hoy día de la liberación”, ha comentado el profesor, quien ha puesto de relieve la importancia de mantener en buenas condiciones a los insectos.


“Vamos a liberar unos 5 insectos por árbol y el control de calidad que hemos hechos nos ha dado que hay una supervivencia del 95%, por lo que el sistema de conservación ha sido bueno”, ha añadido Rafael Laborda. “La idea es que se liberan muchos ejemplares más de los que hay en la naturaleza para que se alimenten del piojo rojo. Más adelante, cuando las temperaturas sean más altas liberaremos un parásito que pone los huevos dentro de la cochinilla”, ha concluido Rafael Laborda.


Por su parte, la edil de Agricultura ha recordado que se trata de un proyecto financiado por la Fundación Biodiversidad que tiene como objetivo eliminar los plaguicidas en el municipio. “Somos el primer municipio de la Comunidad Valenciana que emprende una acción como ésta, a gran escala con casi 200 agricultores, 400 parcelas y se trata que ésta experiencia se expanda a otros municipios, porque haremos una guía con los pasos que hemos seguido para presentarla en ANECOP y las 98 cooperativas adscritas”, ha puntualizado Punset.


Por otra parte, la responsable municipal de Agricultura ha manifestado apostar también por la eliminación de los herbicidas. Un hecho que reconoce no ser fácil, pero “que vamos a conseguir en este experimento”.

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