La campana fue robada en 1976 y adquirida en un rastro por un matrimonio Alemán
El alcalde de Altea, Andrés Ripoll, presidió el acto de donación de la campana de la ermita Santa Bárbara que fue sustraída del templo en el año 1976 y que se devolvió al municipio el viernes por la tarde. Se trata de un valioso objetivo para los vecinos de las partidas de Sogai y Cascall de Altea la Vella que se ha encontrado gracias a la Comisión de Fiestas de 2007 encabezada por su clavario, Juan Ripoll.
Un matrimonio Alemán compró dicha campana en el año1978 tras encontrarla en un rastro de Benissa. Según cuenta Enrique Nowak, adquirió el objeto ya que “mi mujer se llama Bárbara y nuestra casa también y nos llamó la atención que en el grabado de la campana pusiera el mismo nombre”. Tanto Enrique como Bárbara Nowak han donado gratuitamente la campana al pueblo de Altea la Vella tras conocer la petición de la Comisión de Fiestas. A partir de ahora, tan sólo se instalará la campana en el santuario los días de fiesta y, durante el resto del año, se está pensando en ubicarla en la biblioteca que se está construyendo en Altea la Vella aunque, mientras duren sus obras, serán integrantes de la Comisión de Fiestas los que la guardarán en sus propias casas.
La campana tiene una inscripción que cita “S. Bárbara año 1772”, ya que este fue el año en el que se instaló en la ermita hasta 1976 que fue cuando desapareció, y cuenta con una altura de 25 cm y un diámetro de 20 centímetros, fijado en un yugo de madera con herrajes de metal.
El primer edil del municipio destacaba que la historia de la recuperación de la campana “será una anécdota más de la santa de la ermita que ha conseguido recuperar la campana original que había desaparecido. Nos encontramos ante una nueva leyenda que formará parte de la ermita de Santa Bárbara y del barrio”. Además, Andrés Ripoll, subrayaba que “esta donación es una contribución muy importante para Altea y Altea la Vella”.
Por otra parte, el clavario de las fiestas de 2007 agradecía la donación del matrimonio Nowak “ya que para nosotros esta campana es una joya con mucho valor sentimental. Gracias a Enrique y Bárbara se ha recuperado y ha podido volver al sitio que le corresponde”.
